El rol e importancia de la dirigencia en las calles

Desde hace mucho tiempo noto que existe una gran brecha entre el discurso dirigencial y la realidad de lo que sucede en las calles. Alcanza con leer el eje de campaña en el cual trabajamos para poder visualizar cuál es el espacio urgente a trabajar. Cuando me refiero a trabajo, hablo del compromiso y conciencia que debe de tener una persona al poner su nombre en una lista y así estar a disposición de lo que la patria requiera.

Es fundamental que se respeten y se cumplan las propuestas de campaña, que no queden en el aire. He leído que algunos proponen asuntos que deberían de haber sido resueltos desde su mismo espacio hace algunos años atrás y hoy lo tienen como propuesta. A mí me daría vergüenza decir que voy hacer cosas que debería haber activado desde mi propio espacio hace tanto tiempo, más aún teniendo los recursos físicos y humanos para hacerlo.

Insisto en la importancia de la dirigencia en la calle, puerta a puerta, para poner en vigor cada acción de gobierno, cada actividad mancomunada con Nación y Provincia. Porque, en definitiva, lo que nos convoca requiere de una dotación de energía y empatía extra de lo que se predica en campaña.

Soy consciente del desafío que le toca enfrentar a nuestra generación, más precisamente a la mía, los treintañeros. Quienes sabemos que vamos a esperar muchos años hasta poder acceder a una vivienda propia, tener necesidades básicas resueltas y descifrar el traspaso generacional en función de mejorar notablemente las heridas que ha sufrido nuestra patria por la desidia, egoísmo e indiferencia.

Les invito a prestar atención a lo que nuestra generación puente está dispuesta hacer para mejorar la sociedad. No juzguen tanto y pongan su mirada y palabra en función de respaldo a las juventudes pujantes y las venideras por formar, pues nuestra labor y responsabilidad es mucha y por lo tanto, con empatía todo fluye, todo funciona y es ahí donde podremos ver el verdadero progreso.