¡Rompamos el Hechizo!

Opinión por el licenciado Julián Ardesi

Suplementos 24/01/2021 Redacción Claridad Redacción Claridad
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El significante violencia se desplaza a gran velocidad en sus diferentes manifestaciones cuyos
efectos se condensan en el ejercicio de la violencia. Es utilizada a menudo por investigadores
que van desde la Psicología, la Sociología, Pedagogía, y muchas otras disciplinas; como así
también por el conjunto de la sociedad toda.
El empleo del término y los hechos catalogados como “violentos” parecieran producir cierta
fascinación tanto en boca de presentadores de noticias en la sección policiales, como en el
relato veloz de sobremesa familiar ante el espectáculo de voces (cruzadas) con que es
presentada una acción antisocial en medios gráficos o televisivos.
Se sabe que a finales de los 90 (Siglo Veinte) acompañando el auge de los reality Show o talk
shows se produce un viraje, el lugar de la violencia se expande y entra en la vida de quienes
miran y escuchan como un fenómeno que empieza a naturalizarse: Violencias cotidianas.
Cuyo momento culmine es cuando asistimos en 1991 a la Guerra del golfo, siendo la primer
“guerra televisada”. Faltarán unos pocos años para que un presidente diga: "Dentro de poco
tiempo se va a licitar un sistema de vuelos espaciales mediante el cual desde una plataforma,
que quizá se instale en Córdoba, esas naves van a salir de la atmósfera, se van a remontar a la
estratósfera, y desde ahí elegirán el lugar donde quieran ir, de tal forma que en una hora y
media podremos estar en Japón, Corea o en cualquier parte del mundo “.
En nuestro país se consagraba la ideología liberal y Francis Fukuyama se animaba a dar por
terminada la historia. Esto venía para quedarse. La familia nuclear burguesa (proyecto de la
modernidad) empieza a tambalear al ritmo del hechizo. La mujer da testimonio de como sufre
y es destinataria de “violencias estructurales y coyunturales”. Pero la “televisión global”,
dispositivo omnipresente mira con su ojo azul, promoviendo masivamente un modo “gozo”
uniforme de estar entretenido, con los consiguientes efectos identificatorios y de desmentida.
La violencia naturalizada. Neutralizada se convierte en un bien de consumo, y ya se puede
cambiar de canal si realmente no se tolera. Hay ocasiones donde queda evidenciado este
fenómeno, si no me gusta, te elimino.
Ya no sabemos: ¿intrusa? O ¿Invitada? Con los gadget ocurre esto. Nunca encontramos la
justa medida.
Lo novedoso en las formas actuales de la violencia está en su uso generalizado para nombrar
cualquier acción disruptiva como un hecho violento. A esta altura del partido todo resulta
violento y puede nominarse como violencia. Y aquí va el engaño, la fascinación, la trampa;
cuyos efectos desubjetivantes hace que cada uno de nosotros pueda mostrarse indiferente e
indolente ante el semejante. Es la cultura de “sálvese quien pueda”. Darwinismo puro.
La fascinación por la violencia nos torna desmemoriados e indolentes ante el semejante.
Debemos recuperar la historia y sus sucesos. ¡Rompamos el hechizo!

 Una vez le preguntaron a Yupanqui:
- ¿Qué es un amigo pa usted?… un amigo… Un amigo… es uno mismo, con otro cuero.

Licenciado Julián Ardesi 

M.P. 10563