Estrellas amarillas por la justicia y concientización

La madrugada del martes, se reunieron los padres de Eduardo Daniel Guerrero, junto a su novia y amigos para pintar una estrella en conmemoración y pedido de justicia en el lugar donde ocurrió el accidente hace mas de un año.

Interés General 17/12/2021 David Crous
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Eduardo Daniel Guerrero, con sus jóvenes 23 años, supo lograr lo que muchas personas a lo largo de una vida no logran concretar. Fijar un objetivo, perseguir un sueño como recorrer el mundo entero y amar a una persona, son el impulso necesario para proyectar la vida entera.

Una gran verdad, es que siendo el único hijo de Eduardo German Guerrero y María Itatí Domínguez, sabia como enorgullecerles. Porque cumplía con cada uno de los anhelos que ellos tenían para con su hijo.  Mientras trabajaba en la apicultura junto con su padre, estudiaba el profesorado de Matemáticas a su tiempo y contra tiempo, como también había logrado -con mucho esfuerzo- comprar su propio auto, su moto e ir adquiriendo materiales de construcción para que, en un futuro próximo, pudiese armar su casa propia.

Su último día

El domingo 15 de noviembre del 2020, fue el ultimo día que Edu compartió la mesa con sus padres. Esa misma tarde, se dedico a pasear con su novia Priscila Amado (victima sobreviviente) en la moto y ya sobre el final del día, a las 22.15 aproximadamente, en la esquina de Belgrano y Laprida se les cruza otra motocicleta que les toma por sorpresa porque venia en contra mano. 

Quien se cruza en la motocicleta es el sargento Juan Manuel Odermatt, conduciendo por la calle Belgrano en sentido contrario y según el peritaje poseía (1.2 dosaje) de alcohol en sangre.  Tras esta fuerte colisión, quien sufrió el mayor impacto fue Eduardo, quien fue trasladado al Hospital Municipal y debido a la gravedad de los traumatismos provocados fue trasladado a un nosocomio de mayor complejidad en Junín donde lucharía por su vida hasta el 16 de enero del 2021.

¡Justicia!

La mayor pesadilla comenzaría para la familia, cuando atormentados por el dolor de la inmensa perdida de su único y amado hijo, se transformaría en un sinfín de reclamos y puertas golpeadas sin respuestas, intentos fallidos de recabar la información necesaria para reconstruir cada movimiento ocurrido en torno al accidente con desenlace fatal y así poder generar el documento necesario para ir a la justicia a luchar por la memoria y esclarecimiento.

Hoy, a mas de un año de la desgracia y a casi un mes de cumplirse el primer aniversario de la desaparición física. Sus padres y su novia Priscila recuerdan cada momento detalladamente, toda la anécdota vivida con Edu. Por ello, decidieron pintar una estrella amarilla donde ocurrió el hecho y es ahí donde la lucha se hace colectiva. La causa se resignifica en convertir el dolor en una bandera por la concientización y abrazo a familiares quienes hayan perdido a sus seres amados en accidentes de tránsito y que necesitan ser esclarecidos de inmediato. 

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